Un policía declaró que el ataque a tiros a Lucas y sus amigos se moduló como “enfrentamiento armado”

Escrito por Gaceta Bonaerense

Un inspector de la Policía de la Ciudad declaró hoy en el juicio que se les sigue a 14 efectivos de esa fuerza por el homicidio de Lucas González, cometido en 2021 en el barrio porteño de Barracas, que el hecho fue modulado en la radio policial como un “enfrentamiento armado” con delincuentes y que, al llegar a la escena del crimen, observó a dos de los amigos de la víctima esposados boca abajo en el suelo.

Se trata del policía ya retirado José Damián Tevez, quien declaró esta mañana ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25 haber escuchado la mañana del 17 de noviembre de 2021 en la modulación de la radio policial que se estaba frente a un “enfrentamiento armado” y que también que se referían a “un coche azul” ocupado por sospechosos que “se están dando a la fuga”.

Sin embargo, el inspector retirado Tevez aclaró que las modulaciones eran confusas, poco claras y a los gritos.

Según relató, él se dirigió hasta donde habían atacado a balazos a Lucas y sus tres amigos junto con uno de los 14 imputados, el policía Daniel Rubén Espinosa (33), con quien trabajaba en la Comisaria Vecinal 4D de Barracas y actuó como su chofer.

Tevez contó que una vez allí, una médica del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) le solicitó a él y a Espinosa que ayuden a mover el cuerpo de Lucas a la ambulancia, a bordo de la cual Espinosa viajó luego junto a la víctima hasta el Hospital Penna.

También dijo que en un primer momento, dos de los amigos de Lucas estaban boca abajo en la vereda y esposados, que después fueron trasladados a un patrullero, donde él habló aproximadamente una hora con ellos y que le dieron la sensación de ser “chicos muy humildes y que les gustaba el fútbol”.

“Me retiré a unos cuarenta metros, a los dos detenidos que estaban en el lugar los suben a su patrullero y los vi muy nerviosos, angustiados, me acerqué y me puse a charlar, los saqué del rayo del sol y pedí que los pongan bajo un árbol, y quedaron ahí, abrí la puerta y me quedé con ellos”, relató el inspector retirado.

El policía indicó que Espinosa lo llamó luego desde el hospital y le contó que un médico le había dado una esquirla deformada que estaba en la camilla en la que había sido trasladado Lucas.

“Espinosa me llamó del hospital y me dijo que Lucas estaba en el quirófano y que aparentemente tenía dos balas en el cráneo, dos heridas de arma de fuego”, detalló Tevez.

Tras la testimonial del inspector retirado declararon hoy otros tres testigos, uno de ellos el oficial de la Comisaría Vecinal 4D, Roberto Jorge Oscar Macagno, quien contó que él realizaba una diligencia judicial por una casa usurpada cuando lo convocaron para reemplazar a Espinosa en el Hospital Penna.

“Fui a relevar al oficial Espinosa en el Hospital Penna y ahí él me hace entrega de una bola de algodón o una gasa que tenía dentro una esquirla de proyectil, como un encamisado de un proyectil totalmente deformado”, relató Macagno.

Este testigo explicó que el acusado Espinosa le dijo que esa esquirla se la había dado uno de los médicos, tras lo cual, él hizo una guardia de unos veinte minuto hasta que lo reemplazó otro compañero, a quien le entregó la esquirla, para luego volver a la comisaría, cambiarse e irse a su casa.

Luego de estas testimoniales, que concluyeron cerca de las 13, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el próximas martes a las 9.

El crimen de Lucas, jugador de las divisiones inferiores de Barracas Central, ocurrió el 27 de noviembre del 2019 cuando él y sus amigos salieron de entrenar en dicho club y cuando regresaban a sus casas en un Volkswagen Suran color azul fueron interceptados por un Nissan Tiida en el que circulaban tres policías de civil que les hicieron señas para que se detuvieran.

Como no llevaban vestimenta policial y el auto no tenía balizas, los chicos pensaron que podían ser ladrones e intentaron escapar, por lo que los efectivos les dispararon.

Uno de esos disparos impactó en la cabeza de Lucas, quien murió al día siguiente en el Hospital El Cruce de Florencio Varela.

De acuerdo con la investigación, tras disparar contra los jóvenes, los policías intentaron simular que se había tratado de un enfrentamiento con delincuentes, maniobra a la que se habrían sumado otros efectivos, que “plantaron” un arma en el auto de las víctimas y detuvieron a dos de los amigos de Lucas, mientras que el tercero escapó y se presentó más tarde con sus padres para contar lo que había sucedido.

Por su parte, los policías Gabriel Issasi, Fabián López y Juan José Nieva llegaron a juicio imputados como coautores del delito de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”.

Además, los tres enfrentan cargos por las “tentativa de homicidio agravado, falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley”, en el caso de los amigos de Lucas.

En tanto, otros 11 policías porteños son juzgados por el encubrimiento del crimen de Lucas y las torturas a las que fueron sometidos los otros chicos.

Se trata del comisario inspector del Departamento Comunal Vecinal 4, Daniel Alberto Santana (50); el comisario de la Comuna Vecinal 4A, Rodolfo Alejandro Ozán (54); el comisario de la Comisaría Vecinal 4D, Fabián Alberto Du Santos (51); el comisario de la Comuna 4D, Ramón Jesús Chocobar (48); el comisario Juan Horacio Romero (51); y el subcomisario Roberto Orlando Inca (47), ambos de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4.

También llegaron a juicio el principal de la Comuna 4D, Héctor Claudio Cuevas (50); y los oficiales de la Comisaría Vecinal 4D Sebastián Jorge Baidón (28), Jonathan Alexis Martínez (34), Ángel Darío Arévalos (34) y Daniel Rubén Espinosa (33).