El presidente del Colegio Público de la Abogacía de la Capital Federal (CPACF), Ricardo Gil Lavedra, se pronunció contra “cualquier forma de discriminación” pues “afecta severamente el principio de igualdad” y advirtió que “el discurso discriminatorio y de odio tiende a tratar de invisibilizar, excluir, humillar, ofender y hasta perseguir a quien es objeto de esa discriminación”.
El exintegrante de la Cámara Federal que condenó a las juntas militares de la dictadura de 1976-83 hizo esas afirmaciones en el “II Congreso sobre Antisemitismo en Argentina” organizado por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), que se desarrolló en el CPACF.
Junto al letrado estuvieron los titulares de la DAIA, Jorge Knoblovits, y del Observatorio sobre Antisemitismo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Juan Antonio Travieso.
Gil Lavedra destacó que “el informe anual que presenta la DAIA en materia de discriminación desde hace veinticinco años es un insumo extraordinario para poder analizar, cuantificar y verificar como se van produciendo todo este tipo de manifestaciones”.
“Cualquier forma de discriminación afecta severamente el principio de igualdad. El discurso discriminatorio, el discurso de odio tiende, sin lugar a dudas, a tratar de invisibilizar, excluir, humillar, ofender y hasta perseguir a quién es objeto de esta discriminación”, aseveró el excamarista federal y exministro de Justicia, se informó en un comunicado.
También propuso analizar el papel que cumplen las redes sociales y dijo que “cuando aparecieron se vieron como un ámbito libre para exponer todas las ideas sin ningún tipo de control”.
Pero alertó que “hoy existe mucho escepticismo respecto de esto porque en realidad son las propias empresas las que pueden juzgar cuando un contenido puede aparecer o no”.
“Y por cierto, todas se convirtieron en un cenáculo propicio para la proliferación de los discursos de odio. El secretario de Naciones Unidas (António Guterres) llegó a decir que ‘las redes son el megáfono de los discursos de odio’. Las propias compañías han dictado normas para excluir este tipo de manifestaciones, pero no aplicadas de forma simétrica”.
“Todo esto plantea el desafío que tenemos ante este tipo de discursos y manifestaciones. La primera medida que tenemos que tomar es hacerlos conocer, ponerlos a la luz. En ese sentido, la iniciativa de la DAIA es un paso indispensable”, destacó.
Gil Lavedra afirmó que “tenemos un compromiso muy fuerte hacia estos valores esenciales que tiene nuestro ordenamiento jurídico en pos de alcanzar la plena igualdad en un marco absoluto de pluralismo”.